Atendiendo a los
modelos de despliegue de servicios, se pueden agrupar los sistemas de
cloud computing en las siguientes categorías principales: públicas,
privadas e híbridas.
● Las nubes
públicas son aquellas en las que todo el control de los recursos,
procesos y datos está en manos de terceros. Múltiples usuarios
pueden utilizar servicios web que son procesados en el mismo
servidor, pueden compartir espacio en disco u otras infraestructuras
de red con otros usuarios.
● Las nubes
privadas son aquellas creadas y administradas por una única entidad,
que decide dónde y cómo se ejecutan los procesos dentro de la nube.
Supone una mejora en cuanto a la seguridad y privacidad de los datos
y procesos, ya que los datos sensibles permanecen en la
infraestructura informática de la entidad, mientras que controla qué
usuario accede a cada servicio de la nube. Sin embargo, la entidad
sigue siendo la encargada de comprar, mantener y administrar toda la
infraestructura hardware y software de la nube.
● En las nubes
híbridas coexisten los dos modelos anteriores. Por ejemplo, una
empresa hace uso de una nube pública para mantener su servidor web
mientras que mantiene su servidor de bases de datos en su nube
privada. De este modo, se establece un canal de comunicación entre
la nube pública y privada mediante el cual los datos sensibles
permanecen bajo estricto control mientras que el servidor web es
administrado por un tercero. Esta solución disminuye la complejidad
y coste de la nube privada.
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